La interculturalidad es una práctica política que va más allá de la aceptación y tolerancia de otras identidades y culturas. Enfatiza la importancia del diálogo entre culturas y saberes, pero frente a las desigualdades y relaciones asimétricas existentesentre culturas,debe necesariamente luchar contra la desigualdad y la discriminación, para crear una sociedad diversa más armónica y justa. Para ello, es indispensable la construcción de políticas públicas que integren el enfoque de interculturalidad.
En el Ecuador, el PNUD, y las demás agencias del sistema de Naciones Unidas a través del Grupo Técnico Interagencial sobre Interculturalidad (GTI) -liderado por UNFPA-, promueven la transversalización del enfoque de interculturalidad, concebido como un enfoque específico de derechos humanos. Con ello, en la práctica, se busca esencialmente fomentar la realización de los derechos de los pueblos indígenas y afroecuatorianos y la implementación de políticas públicas multiculturales e interculturales.
En el Ecuador coexisten 14 nacionalidades indígenas quienes hablan sus lenguas ancestrales, que luego de una permanente lucha lograron que en la Constitución Política del Estado aprobado en 2008, sea declarado Estado Plurinacional e Intercultural. El Estado Ecuatoriano, continúa renuente a permitir que los pueblos originarios ejerzan en la práctica sus derechos como lo ampara la misma constitución política vigente, así como las normas internacionales como el Convenio 169 de la OIT. Se ha implementado espacios aún incipientes como educación intercultural bilingüe donde no hay participación de sus actores, áreas como el de salud intercultural que aún queda en tan sola la intención por no contar con apoyo requerido y el CODENPE (Consejo de Desarrollo de Pueblos del Ecuador), que es reducido a un organismo de cuarto orden dentro de la estructura del Estado.
Tres son las principales organizaciones que se han destacado a nivel nacional. La FEINE, de tendencia religiosa (evangélica) que conciben a sus bases como microempresas, con su brazo político Amawta Yuyay; la FENOCIN, vinculada al Partido Socialista y desde su origen no se ha desligado del carácter "campesino" de sus bases. Finalmente está la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE, que aglutina a las nacionalidades ubicadas en las tres regiones del país: Costa (epera, chachi, tsa'chila y los quichua del litoral que producto de la constante migración están radicados en dichos espacios), Sierra (con su pueblos pastos, natabuela, karanki, otavalo, kayampi, kitu, panzaleo, chibuleo, tomabela, kisapincha, salasaca, waranka, nación puruhá, cañari, saraguro) y amazonía (wao, sapara, siona, secoya, cofán, shuar, shiwiar, achuar, andoa y quichua amazónico).
Los espacios para el ejercicio de los derechos a la comunicación para los pueblos indígenas, siguen siendo aún incipientes. Hay un noticiario de televisión en kichwa, cuyos contenidos responden a la política del canal y no de las nacionalidades; el Canal del Televisión Estatal y la Radio Pública no refleja la existencia de la diversidad cultural. Si bien a nivel político y organizativo el movimiento indígena incluso ha logrado deponer gobiernos en tres ocasiones, sin embargo en el ámbito de la comunicación no registra iniciativa alguna sino propuestas individuales o retos que tiene su origen o organizaciones aún locales.
Este es el contexto en que la Red de Comunicadores Interculturales Bilingües del Ecuador, REDCI, incursiona con su aporte basado en el uso de nuevas tecnologías de comunicación, TICs, que figura entre sus políticas institucionales el apoyar el proyecto político de las nacionalidades y pueblos indígenas del Ecuador, que permita su fortalecimiento y participación de en el Estado Plurinacional; generar procesos de información y comunicación para que las nacionalidades y pueblos ejerzan como derecho humano, a partir de su identidad cultural; posibilitar iniciativas locales, regionales, nacionales e internacionales de integración y resistencia de los pueblos indígenas para no ser invisibilizados por prácticas de globalización y neoliberalismo.
REDCI, recopila, produce y comparte contenidos relacionados a los pueblos y nacionalidades. Contribuye voluntariamente al intercambio de información, ideas, opiniones y debate político y cultural en Ecuador y América desde una visión plurinacional, basado en el respeto a la Pacha Mama (Madre Tierra) y al Sumak Kawsay.
La interculturalidad va mucho más allá de la coexistencia o el diálogo de culturas; es una relación sostenida entre ellas. Es una búsqueda expresa de superación de prejuicios, del racismo, de las desigualdades y las asimetrías que caracterizan al país, bajo condiciones de respeto, igualdad y desa-rrollo de espacios comunes.
Una sociedad intercultural es aque-lla en donde se da un proceso dinámico, sostenido y permanente de relación, co-municación y aprendizaje mutuo. Allí se da un esfuerzo colectivo y consciente por desarrollar las potencialidades de personas y grupos que tienen diferencias culturales, sobre una base de respeto y creatividad, más allá de actitudes indivi-duales y colectivas que mantienen el des-precio, el etnocentrismo, la explotación económica y la desigualdad social.
La in-terculturalidad no es tolerarse mutua-mente, sino construir puentes de relación e instituciones que garanticen la diversi-dad, pero también la interrelación creati-va. No es solo reconocer al "otro" sino, también, entender que la relación enriquece a todo el conglomerado social, creando un espacio no solo de contacto sino de generación de una nueva rea-lidad común.
La interculturalidad está sujeta a variables como: diversidad, hegemonía cultural, política y económica de países y regiones, definición del concepto de cultura, obstáculos comunicativos como el idioma, políticas integradoras e integracionistas de los Estados, jerarquizaciones sociales, sistemas económicos exclusionistas y que sustentan hegemonías ideológicas mediante la discriminación, así como diferentes niveles de desconocimiento entre grupos culturales de los mecanismos sociales y políticos para el ejercicio de derechos civiles, como diferencias en el ejercicio de los derechos humanos y de género.
El concepto de interculturalidad apunta a describir la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos se encuentra por encima de otro, una condición que favorece la integración y la convivencia armónica de todos los individuos. Cabe resaltar que este tipo de relaciones interculturales supone el respeto hacia la diversidad; aunque es inevitable el desarrollo de conflictos, éstos se resuelven a través del respeto, el diálogo y la concertación.
Pese a que la idea de interculturalidad nació hace relativamente poco, no fueron pocos los investigadores de la comunicación, la antropología, la sociología y el marketing que han trabajado sobre el concepto. La noción se diferencia del multiculturalismo y del pluralismo por su intención directa de promover el diálogo y el acercamiento entre culturas.
Hay que tener en cuenta que la interculturalidad depende de múltiples factores, como las distintas concepciones de cultura, los obstáculos comunicativos, la carencia de políticas estatales, las jerarquías sociales y las diferencias económicas.
Los estudios interculturales son aplicados en el ámbito de la educación, la mercadotecnia y en el diseño de políticas públicas en países y regiones multiculturales, aunque su potencial de aplicación puede tocar casi todos los ámbitos de la actual actividad humana de desarrollo. Según Almaguer, Vargas y García (2009), la interculturalidad en un proceso para la gestión de ciudadanía para el siglo XXI y tiene antecedentes en los modelos de comunicación de masas en los Estados Unidos en la década de los 50´s y las teorías de comunicación intercultural, desarrolladas por investigadores como Miquel Rodrigo Alsina, en la Universidad Autónoma de Barcelona, en España. Otros elementos presentes en los modelos y los procesos de gestión intercultural, son los desarrollados por los pueblos indígenas sudamericanos en sus luchas reivindicativas, como las propuestas y estrategias de los pueblos Mapuches en Chile y las poblaciones indígenas en Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, así como los modelos autonómicos de la RAAN y la RAAS en la Costa Atlántica de Nicaragua, que han sido planteados por estudiosas como Myrna Cunninham y Alta Hooker. Según el sociólogo y antropólogo Tomás R. Austin Millán "La interculturalidad se refiere a la interacción comunicativa que se produce entre dos o más grupos humanos de diferente cultura. Si a uno o varios de los grupos en interacción mutua se les va a llamar etnias, sociedades, culturas o comunidades es más bien materia de preferencias de escuelas de ciencias sociales y en ningún caso se trata de diferencias epistemológicas".
Toda cultura es básicamente pluricultural. Es decir, se ha ido formando, y se sigue formando, a partir de los contactos entre distintas comunidades de vidas que aportan sus modos de pensar, sentir y actuar. Evidentemente los intercambios culturales no tendrán todos las mismas características y efectos. Pero es a partir de estos contactos que se produce el mestizaje y la hibridación cultural.
Una cultura no evoluciona si no es a través del contacto con otras culturas. Pero los contactos entre culturas pueden tener características muy diversas. En la actualidad se apuesta por la interculturalidad que supone una relación respetuosa entre culturas.
Mientras que el concepto "pluricultural" sirve para caracterizar una situación, la interculturalidad describe una relación entre culturas. Aunque, de hecho, hablar de relación intercultural es una redundancia, quizás necesaria, porque la interculturalidad implica, por definición, interacción.
No hay culturas mejores y ni peores. Evidentemente cada cultura puede tener formas de pensar, sentir y actuar en las que determinados grupos se encuentren en una situación de discriminación. Pero si aceptamos que no hay una jerarquía entre las culturas estaremos postulando el principio ético que considera que todas las culturas son igualmente dignas y merecedoras de respeto. Esto significa, también, que la única forma de comprender correctamente a las culturas es interpretar sus manifestaciones de acuerdo con sus propios criterios culturales. Aunque esto no debe suponer eliminar nuestro juicio crítico, pero si que supone inicialmente dejarlo en suspenso hasta que no hayamos entendido la complejidad simbólica de muchas de las prácticas culturales.
La interculturalidad (interculturalism, en inglés), es un proceso de estacionamientos de comunicación e interacción entre personas y grupos donde no se permite que un grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento la integración y convivencia entre culturas. En las relaciones interculturales se establece una relación basada en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo. Sin embargo, no es un proceso exento de conflictos, estos pueden resolverse mediante el respeto,la generación de contextos de horizontalidad para la comunicación, el diálogo y la escucha mutua, el acceso equitativo y oportuno a la información pertinente, la búsqueda de la concertación y la sinergia. Es importante aclarar que la interculturalidad no se refiere tan solo a la interacción que ocurre a nivel geográfico si no más bien, en cada una de las situaciones en las que se presentan diferencias.